En cada modelo de telescopio encontraras una serie de características técnicas, pero ¿qué significan realmente? Las más importantes en que debes fijarte son las siguientes:
– Apertura: Es el diámetro del objetivo, ya sean lentes o espejos. Es seguramente en lo primero que tenemos que fijarnos a la hora de comprar un telescopio astronómico. A mayor apertura, más claras y nítidas veremos las imágenes. Viene expresada en milímetros (mm), aunque en ocasiones la podremos encontrar en pulgadas y habrá que multiplicar esta cifra por 25.4 para obtener los milímetros.
– Distancia focal: Es la longitud que recorre la luz hasta que llega al ocular. Es importante porque determina en cierta medida cuántos aumentos podemos hacer. También viene expresada en milímetros o pulgadas.
– Relación focal: Es el resultado de dividir la distancia focal por el diámetro. Este dato nos indica cómo de luminoso es un telescopio, y se expresa sin unidades. Una relación focal mas pequeña nos indica que un telescopio es más luminoso.
– Aumentos: En ocasiones veremos que los fabricantes anuncian un numero muy exagerado de aumentos, pero hay que entender que no es una característica tan importante. Los aumentos podemos cambiarlos simplemente cambiando el ocular. Ademas, de nada sirve ver una imagen muy grande si no tiene calidad suficiente. Por lo tanto no te dejes confundir por este dato.
– Límite de aumentos: Son los aumentos que podremos realizar de forma efectiva, sin perder calidad.
Además de las características técnicas que hemos visto, te recomendamos que tengas en cuenta tanto el peso como el tamaño del telescopio. Si por ejemplo tienes que transportarlo en coche antes de cada observación, asegúrate de que no supondrá ningún problema. Lo mismo pasa con el almacenamiento, dependiendo del espacio que tengas disponible, deberás asegurarte de que cabe sin problemas.